Pretty
y Woman. Dos simples anglicismos definen a una mujer salida del no, pero que
encontró el sí en la boca y la cartera de Edward. Bibian y Edward: 3.000 dólares
por una semana. 3.000 dólares con regusto a inversión y no a gasto porque esos
3.000 dólares sirvieron para encontrar algo más que un puñado de polvos.
Apunten los banqueros, los señores Botines y similares: el verbo dar, a veces, vale la pena. Bibi y Eddy encontraron
el amor y yo me alegro por ellos; tras más de veinte domingos en TVE y Telecinco deseo su
felicidad tanto como la mía. Divinas reposiciones. Euros y amor. Amor y también
euros. El dinero no da la felicidad pero ayuda a conseguirla porque sólo con
amor también se come, pero poco.
Poderoso caballero Don Dinero. Mariano busca ese Don y sólo
lo encuentra trasvasando cucharadas del puchero de los españolitos a la
olla sin fondo enviada por la Cancillería desde Bruselas cuando el remite estaba en Berlín.
¡Ay Ángela!
Cuando el sol no se ponía en nuestro imperio tú bebías vino de Cariñena o
parecido y, ahora, no quieres escuchar ni una triste jota de picadillo. Los Pilares se
desangran y este octubre oscurece más que cualquier octubre pero menos que el
próximo noviembre. El AVE del futuro no tienen parada ni en Teruel ni en España. En Europa
tampoco. Quizá Felix Baumgratner no sea un Superman sin capa sino todo un pionero; el
primero de unos cuantos millones que buscarán judías más allá
de la estratosfera.
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