lunes, 3 de septiembre de 2012

Lunes



Lunes al sol pero sin sol. Por fin he paseado sin que Lorenzo soltase sus babas en mi nuca. Zaragoza ha vuelto a palpitar tras unas semanas de parálisis voluntaria. Preciosa preposición ese tras. Mi calle Alfonso tiene complejo de camaleón. El escote del fin de semana se esconde en el armario y hoy ha amanecido con corbata de rayas y mocasín de cuero para pedir un cortadito, con dos sobres de azúcar, en el Gran Café Zaragozano. Contrastes. Meriendo salmón ahumado en el campo de fútbol de Agustinos. Pisando trece años de pisadas. Latiendo. A ratos, adoro los gerundios. Bocado al sol. La televisión ya ha sacado el pijama de invierno. Hormigueros y Wyoming. Del que no quedan ni las huellas es de Sardá. En sólo tres minutos ha hecho el gilipollas en Antena3 y LaSexta. Una vez leí que comía con su hija sólo una vez a la semana, pero que ese lunes era sagrado. Pobre él y pobre ella. Espero que nunca me ocurra. Yo, como Maradona, siempre tengo una Bombonera a la que volver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario